Howard Phillips Lovecraft, el genio de Providence, ingeniero del horror cósmico, que alcanzó su máximo exponente en los mitos de Cthulhu, ha sido tan admirado y reverenciado como inspirador de generaciones posteriores que han buceado durante años en esos mundos intentando dar con la tecla capaz de reproducir esa clase de miedo y angustia. Hoy no nos vamos a centrar tanto en los sucesores de su obra como en los intentos de adaptarla, con todo tipo de suertes, en la gran pantalla. Conviene decir que escribo estas letras influenciado por mi admiración por el autor, sin ser ninguna referencia en cuanto a su legado sino un lector apasionado, cinéfilo empedernido y escritor en ciernes.
De todas las películas inspiradas en su obra, donde se puede destacar especialmente a “Necronomicon” en 1993, “Dagon” en 2001 y “The Call of Cthulhu” en 2005, posiblemente sea la última la más reseñable. Hay muchas más, por supuesto, pero mi intención no es tanto centrarme en todas las adaptaciones sino en aquellas que han intentado de un modo más acertado captar la esencia de ese horror cósmico. Con esto exclusivamente bajo el foco y desde mi modesto y, por supuesto, subjetivo punto de vista, nadie como John Carpenter se ha conseguido acercar tanto. “The Thing” en 1982, “In the mouth of madness” de 1994, pero especialmente “Prince of Darkness” de 1987 captan a la perfección la claustrofobia provocada por lo inefable, tal y como el mismo Lovecraft lo describiría. Ninguna de estas tres obras que componen su “Trilogía del Apocalipsis” le mencionan de una forma explícita, pero la influencia de Lovecraft en ellas es tan evidente que el mismo Carpenter dejaría patente en “The fog” su admiración por el autor a través de los nombres de sus personajes. Este intento de reproducir el horror cósmico es algo que ha sido especialmente valorado con los años, rescatando las obras en un género que cada vez ha sido más y más dominado por el susto y “lo gore”. Estas obras (salvando ciertos momentos concretos de “The Thing”) no bucean tanto en la sangre sino en el terror. Sin destriparlas ni hacer spoiler, me limitaré a recomendarlas a cualquier lector de Lovecraft que aún no haya tenido la oportunidad de verlas.
No dejo escapar la oportunidad para mencionar la desconocida “The Endless” de 2017 y su precuela “Resolution” de 2012, dos películas independientes que de una manera brillante exploran lo inenarrable con giros sorprendentes y una tensión que se mantiene perfectamente durante muchos minutos. De puntillas paso por “Annihilation” de 2018, sumamente decepcionante desde mi punto de vista, intentando conseguir horror y quedándose a medio camino de la incomprensión y la pereza.
Para terminar y habiéndola visto tan solo una vez, la recién estrenada “The Color Out Of Space”, la que para mi es hasta el momento la película que mejor ha ejecutado la idea Lovecraftiana en una adaptación sumamente interesante y que, a los amantes del género nos dejará muy satisfechos. Puede que aún más si cabe al saber que será la primera de una trilogía de películas dedicadas a ensalzar la obra de H.P. Lovecraft.
Solo nos queda ya que algún día, el gran Guillermo del Toro que en mi opinión es quien mejor ha reflejado el monstruario del maestro en obras como “Hellboy”, “El Laberinto del Fauno” o “La forma del Agua”, se atreva y encuentre finalmente financiación para adaptar por fin “En las Montañas de la Locura”, un sueño que lleva persiguiendo durante años.
Concluyendo solo nos queda pensar con honestidad en la dificultad que entraña poner en imágenes lo indescriptible. Y es que puedes plantearte lo siguiente: si quisieras visualizar el horror cósmico, ¿cómo lo harías?
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