Son ya unos meses desde que me metí en esta aventura de la que aún no he visto las curvas ni el final, pero que me han servido para ir aprendiendo una serie de cosas interesantes en el camino que quisiera dejar aquí patentes para muchos de esos escritores que no terminan de lanzarse y que no se toman en serio esta noble profesión, seguramente por miedo al vacío que hay después de tener que dar un, ya de por si acojonante (permítanme la palabra que mejor lo define aunque sea malsonante), tremendo salto de fe.
Quiero aclarar antes de arrancar que todo lo que aquí cuento son mis experiencias y lo que he ido aprendiendo en este proceso, que no hay verdades absolutas, que no hay fórmulas de éxito y que esta entrada tampoco lo es y tan solo pretende compartir una serie de vivencias y lecciones aprendidas (no todas ellas positivas) en este proceso de convertirse en un escritor profesional empezando desde cero y sin que me conozca absolutamente nadie.
De igual modo y antes de arrancar, pienso que lo mejor es, un poco en frío, disparar sin criterio todos los mitos y leyendas que envuelven este paso y que, en la mayoría de los casos, son terrores infundados por motivos diversos que tocaremos por encima ya que, aunque hay mucho de psicología en este post, tampoco es la intención llevar a cabo un psicoanálisis de la profesión ni es necesario sentarse en un diván. No eres ningún autoestopista galáctico pero voy a contarte mi experiencia en el camino por si puede servirte de algo.
¿Qué suele decir la gente y qué solemos decirnos nosotros mismos ante eso de “hazte escritor”? (de nuevo, en mi experiencia):
- De los libros vive muy poca gente
- Hace falta mucha suerte
- Sin una editorial potente detrás no eres nadie
- Escritor se nace, no se hace
- No dejes tu trabajo hasta que veas si tiene futuro…
Bueno, hay muchas más pero creo que estas cinco resumen los grandes miedos que hay a la hora de dar el paso de comenzar a escribir, no ya por hobby, sino buscando algo más: buscando poder vivir de ello. Aquí voy a obviar cualquier cosa que no sea escribir novelas (o ensayos), es decir, no hablaré de los blogs, por una razón sencilla y es porque tienen otro modelo de negocio que desconozco. Aunque tengo uno que estáis leyendo, no gano ningún dinero con él (al menos por ahora) ni lo pretendo. Para mi esto es un escaparate para mostrar mis obras y poder contactar con mis lectores, si es que llego a tenerlos en algún momento :) Escribir blogs y monetizarlos es un arte en el que no he investigado nada así que si no vas a escribir libros, esta entrada quizás no te ayude de mucho a pesar de que alguna de las cosas se compartan.
- De los libros vive muy poca gente
Nunca una frase ha sido tan cierta y tan falsa a la vez… y me explico: muchísima gente escribe y muchísima gente podría vivir de ellos, pero decide no hacerlo. Y me explico, al final, ese paso que supone un profundo cambio de mentalidad entre el “escribo por placer y por si suena la flauta” a “soy escritor, venda 1 millón de libros o 0”, es el que va a marcar la diferencia entre poder vivir de esto o engordar un sueño que se convertirá en irrealizable por nosotros mismos.
Ojo, yo no digo que aquí cualquiera con un portátil, una tablet, un smartphone o una pluma de ganso y un tintero cargado pueda vivir de la escritura. Lo que digo es que mucha gente que dice que querría hacerlo, en realidad no hace absolutamente nada por conseguirlo. Y esto lo digo no porque sea una obviedad sino porque se muy bien lo que significa al haber sido yo mismo víctima de ese razonamiento.
Por una serie de circunstancias personales, dejé mi trabajo, una profesión en la que llevaba metido más de diez años y lo que puedo decir de primera mano es que, si no se hubiera dado esa situación, haber dado el paso serio, el cambio de chip, esto habría sido imposible.
Que quede claro, pertenezco, al menos por el momento, a ese grupo de escritores que han vendido 0 libros. “¿Pero entonces qué cojones me estás contando?”, pensarás con buen criterio, pues ahora mismo te lo explico. Estoy terminando de traducir mi primera novela antes de publicarla, lo que espero hacer en menos de un mes, mientras termino de escribir la segunda y con las ideas para dos más, por el momento. No es mi intención hablarte “desde el éxito” porque para eso ya tienes a 200 millones de escritores, incluido “Mientras escribo”, de Stephen King. Quizás la perspectiva de un don nadie pueda servir para darte más ánimos que el reflejo del oro del éxito que se puede leer desde la perspectiva de un escritor de best sellers. Entre tú y Stephen King estoy seguro de que habrá notables diferencias, pero entre tú y yo, puedes creerme, no hay tantas.
Volviendo al foco de la pregunta: de los libros vive muy poca gente. Bueno, como decía, no quiero entrar en un sesudo análisis psicológico pero si al menos dar unas pinceladas sobre lo que hay detrás de eso porque, teniendo ya una edad, he escuchado ésta, o versiones parecidas, de lo que yo llamo como “las frases lapidarias de los acaba sueños”. Soy consciente de que de un tiempo a esta parte, igual más de una década, se ha fomentado eso del “persigue tus sueños y sé feliz” y creo, desde mi opinión, que con una versión muy ventajista y poco responsable. Está claro que la gente debe ser feliz (intentar serlo por el mayor espacio de tiempo, al menos, ya que la felicidad no es un estado permanente) pero sobre todo debe pelear por realizarse, por buscar su camino y por encontrar aquello que les haga levantarse por las mañanas, si no con una sonrisa, con las suficientes ganas como para tirar para adelante pensando que lo que haces deja una huella. De nuevo, sé de lo que hablo después de haber estado con una sensación de vacío inmensa durante todos los años que dediqué a mi anterior profesión y a los años empleados en estudiarla.
Porque aquí es donde viene la clave: es la sociedad la que te va a poner palos en las ruedas hasta que seas tú mismo quien lo hagas ya que nadie que no pelee, como tú, por llevar a cabo un sueño, va a estar de acuerdo contigo ni va te lo va a poner fácil ya que esa batalla ellos no la han querido librar y tú supones una amenaza para el sistema que han montado en su cabeza. ¿A cuánta gente conoces amargada en sus trabajos, explicando que les encantaría hacer otra cosa pero no pueden? Puedan realmente o no (ya que obviamente hay casos para todo), lo que te digo es que no busques comprensión porque difícilmente te la van a dar ya que supones una seria amenaza. Lo que intentarán, en su mayoría, es inundarte con sus miedos propios poniéndote el reflejo del fracaso que, no nos engañemos, es altamente probable (y con fracaso, que es una palabra compleja y con tantas acepciones como seres humanos, me refiero exclusivamente a no poder materializar ese sueño, es decir, vivir de escribir libros).
“No creo en el mito romántico de que el escritor debe pasar hambre, debe estar jodido, para producir. Se escribe mejor habiendo comido bien y con una máquina eléctrica”.
Gabriel García Márquez
Así que, cerrando con esta pregunta, la respuesta es: CLARO QUE SE PUEDE. La prueba de que cientos de miles (y digo bien, miles) de personas lo hagan significa que es posible y que no has elegido hacerte rico explorando asteroides en busca de materiales preciosos (que debe ser altamente lucrativo pero es una profesión de la que desconozco 1 solo caso de éxito).
La pregunta ya no es si se puede o no (CLARO QUE SE PUEDE, grábatelo a fuego en la mente), sino cómo hacerlo. Porque, no te engañes, para lograrlo, vas a tener que considerar esto un trabajo y eso conlleva, como en todos los trabajos, tener que aprender, esforzarte y dejarte la piel como si de una empresa (y puedes quitar el como si) se tratase. Tu libro es tu producto y tú eres el empresario. Con esto no quiero quitar el romanticismo a la figura del escritor ni pasarme al bando de aquellos que mercantilizan la profesión y hablan desde una perspectiva MBA del tema de los libros porque, aunque se muy bien de qué van esos temas, para mi la escritura es un arte y el libro su expresión pero eso no quita que vender un libro sea un negocio.
Paro aquí para explicar en la siguiente afirmación capciosa y común, de qué va esto.
- Hace falta mucha suerte
Se sobreentiende que para “triunfar”, que en nuestro contexto se resume, exclusivamente, a poder vivir de la escritura. Pues aquí, en lugar de mentirte te voy a contar una verdad que yo he leído pocas veces: SI, HACE FALTA MUCHA SUERTE. Pero no te decepciones todavía, porque suerte, nos hace falta en todo lo que hacemos en la vida ya que es la suerte, casualidad, los hados, las parcas, las que muchas veces van a hacer que publiques una entrada el día correcto a la hora correcta y lo vean diez millones de personas, o simplemente una con dos cientos millones de subscriptores y te vea y la referencie, o que no te vea nadie. La suerte hace falta en todo en la vida pero, y aquí está la cuestión, eso no debe limitarte en lo más mínimo ya que la suerte también se busca y se fomenta.
Solo considerándote escritor, trabajando como un mono por ello, aprendiendo cada día sobre las mil facetas que engloba la profesión, minimizas que la MALA SUERTE te la juegue y fomentas que la BUENA SUERTE te guiñe un ojo. Lo que te garantizo es que si no te lo curras y te dejas la sangre en el trabajo, es difícil que llegues a ningún lado por mucho que de tus dedos broten metáforas dignas de Espronceda o de Quevedo.
Lo que hace falta no es suerte sino un plan… lo que nos lleva al siguiente punto.
- Sin una editorial potente detrás no eres nadie
Pues no, no es verdad. El mundo de las editoriales ha cambiado de una forma bestial en la última década y la razón no es otra que Amazon y sus ebooks. El mundo de las editoriales lleva años con un modelo de negocio que se resiste a modificar porque le resulta satisfactorio y, conste, que yo no critico en absoluto a las editoriales puesto que me consta que las hay muy buenas, muy justas y muy profesionales. Ellas llevan a cabo un negocio que es equivalente al del ojeador futbolístico: buscan diamantes en bruto para pulirlos y compartir la explosión. Obviamente este proceso implica que muchos de esos diamantes en bruto se queden en el “en bruto” y por tanto las editoriales, que realizan sus inversiones serias, buscan el éxito y sacar el máximo beneficio. Después de mucho investigar, mi primera novela la voy a autopublicar por una razón muy sencilla: no puedo ni quiero esperar el tiempo que implica meterme en el proceso de encontrar una editorial ya que estaría aumentando notablemente el factor suerte que tanto me empeño en disminuir (la mala suerte). No sé cuándo me responderán. No sé quién leerá mi manuscrito. No sé si esa persona habrá dormido bien. Si le gusta mi género. Si está de buen humor. Si justo la editorial que me encanta tiene abierto el plazo en el momento que me interesa. No quiero esperar a una respuesta que, según leo, a veces jamás llega… Mi paso por las editoriales no está cancelado en absoluto pero no pertenece a este momento por una cuestión de expectativas y de planificación.
Y al autopublicar, además, no solo aprendes diez mil cosas realmente útiles de tu nueva profesión sino que tienes el control de todo lo que pasa, lo cual es algo muy interesante para, si llega ese día en que tienes que negociar con una editorial, saber lo que hay detrás.
En este nuevo mundo donde autopublicar es GRATIS, si no sacas tu libro adelante es porque no quieres. Eso si, sacar una (con perdón de nuevo) mierda o un producto profesional serio, requiere de muchísimo esfuerzo ya que no vas a contar con los recursos que pone a tu disposición la gran maquinaria editorial. Y aquí hablamos de:
- Corrección ortotipográfica y de estilo
- Repaso de la trama y de la coherencia
- Claves sobre aspectos que más llaman la atención a los lectores y que la experiencia de millones de libros vendidos proporciona
- Portada
- Maquetación
- Distribución
- Traducción
- Etc, etc, etc
Te vas a tener que encargar de todo eso tú y vas a tener que ponerle mucho trabajo, mucho sudor, muchas horas y mucha ilusión para que la gente no abra tu libro y después de la segunda falta de ortografía o salto de página mal colocado, digan “menuda basura amateur”. Porque claro, puedes ser escritor pero de ahí a ser empresario hay un paso que igual no te apetece dar y, te puedo garantizar que si no estás dispuesto a darlo, no vas a llegar muy lejos. Porque después de todo esto te queda lo más jodido: la promoción. Y ¡ay amigo! Ahí no hay trucos que valgan. No hay fórmulas, no hay leyes… solo experimentar, leer mucho marketing sobre el tema (no dar excesivamente la brasa para cansar a tus subscriptores que muchos ya habrán leído tu libro)… este post no va de eso pero si hay mucha gente que lo pida, me meteré con ello en otra entrada. Y es que el escritor, el escritor de pura cepa, el bueno, nace, no se hace, ¿verdad?
- Escritor se nace, no se hace
Pues la respuesta rápida es NO. Como todo en esta vida, todo se hace. ¿Necesitas un don para ello? Pues como para todo en esta vida, hay gente a la que se le da bien, lo disfruta, es lo que le gusta, es “lo suyo” y eso se nota. Ronaldo Nazario no hubo muchos. Michael Jackson tampoco. Pero hay muchos futbolistas y cantantes muy buenos, que han podido vivir de su pasión, con trabajo, trabajo y más trabajo.
Porque te puede gustar escribir pero si en cada frase metes diez faltas de ortografía, poca gente te leerá. Si no sabes cómo funciona un diálogo, la gente se perderá en los tuyos. Si no sabes llevar el peso de la narración y la perspectiva, puedes volver loco a un lector que, en un momento dado, no sepa ya a través de qué ojos está mirando la escena.
Y para eso solo hay un truco, leer, leer y leer. Leer libros, de tu género, los que tienen éxito y los que no. Leer de otros géneros y aprender cosas nuevas. Leer sobre tu profesión e intentar aprender cosas de ella en todos los niveles porque es difícil tener éxito y claro, mejor no dejes tu trabajo hasta que sepas si vales.
- No dejes tu trabajo hasta que veas si tiene futuro…
Dios, los ingenieros, los primigenios… me libren de dar consejos. Lo que puedo decirte, desde mi experiencia de nuevo, es que ser pluriempleado es algo muy jodido y que la mayoría de las veces eso te lleva a no poder dar lo mejor de ti en ninguno de los dos trabajos. Porque mientras veas la escritura como un hobby (lo cual es maravilloso y respetable) seguirá siendo un hobby. Y si lo ves como un trabajo, vas a tener que trabajar. Y eso no significa solo tener la constancia de madrugar o acostarte tarde para poder escribir, implica muchas más cosas. Porque claro, los fines de semana, las responsabilidades… todo va a hacer que tu libro se alargue. Y se alargue y se alargue y se alargue. Y después la edición. Y después la maquetación. Y si, como yo, lo traduces para ampliar mercado, ni te cuento.
No puedo recomendarte dejar tu trabajo por la escritura y eso que yo, en cierto modo, lo he hecho, porque eso requiere que persigas un sueño con todos los sacrificios que conlleva y siendo consciente del leñazo que te puedes dar, de los riesgos y de las responsabilidades. Pero si que te digo que o te lo tomas como un trabajo, o estarás, de nuevo y sin menospreciarlo, con un hobby como el que se apunta a zoomba, a un taller de gastronomía o se va a correr al parque después de su jornada laboral. Algo fuera de tu trabajo “de verdad” al que no le estás poniendo toda la leña para que la máquina vaya a tope.
La entrada está quedando más larga de lo habitual y no me gusta porque creo que la gente se cansa rápido de estas lecturas así que, si has llegado hasta aquí y quieres debatirlo, quieres compartir tus experiencias, te parece bien, mal, regular o no estás de acuerdo, deja un comentario aquí en @BJSal3 o en el grupo de escritores de Facebook que ayudo a administrar “Mundo de Escritores” y estaré encantado de poder conversar contigo, compañero.
¡Saludos!
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